El significado bíblico de padecer es un tema que ha sido abordado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. Desde tiempos antiguos, la Biblia ha sido una fuente de inspiración y guía para millones de personas en todo el mundo. En ella, encontramos numerosas referencias al concepto de padecer, que nos ayudan a comprender su significado y su importancia en el contexto religioso.
El término "padecer" tiene su origen en el latín "pati", que significa "sufrir" o "soportar". En la Biblia, encontramos varias palabras en los idiomas originales que se traducen como "padecer" en español. Una de ellas es el griego "paschein", que se deriva de la raíz "path-", que significa "sufrimiento" o "aflicción". Otra palabra utilizada es el hebreo "anah", que también denota sufrimiento o aflicción.
En la Biblia, el padecer se presenta como una experiencia inevitable en la vida humana. Jesús mismo, en sus enseñanzas, habló del sufrimiento y la persecución que sus seguidores enfrentarían. En el evangelio de Mateo, Jesús dice: "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5:10).
El padecer también se relaciona con el concepto de redención y salvación. En el libro de Isaías, encontramos una profecía sobre el Mesías que dice: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido" (Isaías 53:4). Según la creencia cristiana, Jesús padeció en la cruz para redimir a la humanidad de sus pecados y ofrecer la salvación eterna.
Además, el padecer puede ser visto como una forma de purificación y fortalecimiento espiritual. El apóstol Pablo habla sobre esto en su carta a los Romanos, donde dice: "Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza" (Romanos 5:3-4). Según esta perspectiva, el padecer puede ser una oportunidad para crecer en fe y confianza en Dios.
En resumen, el significado bíblico de padecer se refiere al sufrimiento y aflicción que experimentamos en la vida. Tiene sus raíces en el latín "pati" y se traduce del griego "paschein" y del hebreo "anah". En la Biblia, el padecer se presenta como una realidad inevitable, pero también como una oportunidad para la redención, la purificación y el fortalecimiento espiritual. A través del padecer, los creyentes pueden encontrar consuelo en la promesa de la salvación y la esperanza en Dios.
Última actualización: 30 junio, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de padecer:
Proverbios 19:15
La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá hambre.
Ezequiel 24:13
En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.
Mateo 16:21
Jesús anuncia su muerte(Mr. 8.31—9.1; Lc. 9.22-27) Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Mateo 17:12
Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Hechos 3:18
Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.
Hechos 5:41
Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
Hechos 9:16
porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
Filipenses 4:12
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
2 Timoteo 3:12
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
Hebreos 9:26
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.