La palabra amonestar es un término de origen bíblico que se refiere a una instrucción o advertencia que se da a alguien. Esta palabra se ha usado durante miles de años para describir la responsabilidad de dar consejos o guíar a los demás. Desde el punto de vista bíblico, amonestar representa una forma de disciplina para ayudar a las personas a crecer en su fe y madurez espiritual.
La palabra amonestar proviene del latín “admonēre”, que significa “advertir” o “aconsejar”. La palabra se usa mucho en la Biblia y se asocia con el concepto de la disciplina. El término se usa como una forma de exhortar a los demás a hacer lo correcto. Por ejemplo, los Salmos se refieren a Dios amonestando a sus hijos para que se arrepientan y vuelvan a Él: “Mientras clamo a Dios, Él me amonesta y me endereza por el camino recto” (Salmo 50:15).
En la Biblia, amonestar es una forma de disciplina que se da a los creyentes para que sigan el camino de Dios. Esto se puede ver en las Escrituras cuando los líderes de la iglesia amonestan a sus congregaciones para que sigan los mandamientos de Dios. Por ejemplo, en Hechos 24:25, Pablo amonesta a los judíos para que se arrepientan y crean en Jesús: “Yo sé que no tienen intención de hacer nada malo, pero te amonesto solemnemente que creas en el Señor Jesús”.
El propósito de amonestar en la Biblia es ayudar a las personas a crecer y madurar espiritualmente. La disciplina es una forma de mostrar amor y afecto a aquellos a quienes amamos. Esto se puede ver en la parábola de la oveja perdida en Lucas 15. En esta parábola, el pastor deja a las 99 ovejas para encontrar a la perdida. Él la abraza y la amonesta para que no se vuelva a perder. Esta es una metáfora de la forma en que Dios nos amonesta para que nos mantengamos en el camino correcto.
Amonestar es una parte importante del cristianismo. Se nos anima a amonestar a los demás con amor y misericordia, pero también con firmeza. Esto significa que debemos instruir a los demás con amabilidad, pero al mismo tiempo ser firmes con nuestras advertencias. La forma en que amonestamos a los demás afecta su comportamiento y puede ayudarles a crecer espiritualmente.
En conclusión, amonestar es una palabra de origen bíblico que se refiere a la instrucción o advertencia que se da a alguien. Esta palabra se usa para describir la responsabilidad de dar consejos o guía a otras personas. Desde el punto de vista bíblico, amonestar es una forma de disciplina para ayudar a las personas a crecer en su fe y madurez espiritual.
Última actualización: 30 julio, 2022
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de amonestar:
2 Crónicas 19:10
En cualquier causa que viniere a vosotros de vuestros hermanos que habitan en las ciudades, en causas de sangre, entre ley y precepto, estatutos y decretos, les amonestaréis que no pequen contra Jehová, para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Haciendo así, no pecaréis.
Salmos 81:8
Oye, pueblo mío, y te amonestaré. Israel, si me oyeres,
Jeremías 6:10
¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.
Ezequiel 3:17
Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
Ezequiel 3:19
Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.
Ezequiel 3:21
Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
Ezequiel 33:7
A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
Hechos 20:31
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
1 Corintios 4:14
No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados.
1 Corintios 10:11
Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.